Para efectos de este debate, existen dos narrativas para promover la igualdad de género:
La narrativa matriarcal incentiva reivindicar rasgos tradicionalmente asociados a figuras maternales como contraposición a ideas patriarcales y capitalistas. Algunos valores que promueve son el cuidado a la comunidad, el amor, la generosidad, entre otros. Su objetivo es posicionar estos ideales por encima de ideas de dominancia, individualismo y codicia; que asocia como intrínsecos a la existencia de dinámicas de poder desiguales entre hombres, mujeres y disidencias.
La narrativa de empoderamiento, en cambio, tiene como objetivo eliminar la percepción de diferencias entre géneros. Esta narrativa busca que las personas puedan elegir ejercer cualquier rol y actitud tradicionalmente asociado con un género, sin recibir reacciones negativas. Aunque reconoce la libertad de elección, promueve que mujeres y disidencias busquen activamente asumir roles tradicionalmente asociados con la masculinidad, como contraposición a expectativas sociales que restringen su acceso a espacios de poder.